Adiós, princesa de David Rocasolano

Adiós, princesa de David Rocasolano
Este es un libro polémico, tanto es así que según leo en lugares como El Corte Inglés y La Casa del Libro, prefieren esconderlo y decir que lo tienen agotado. Ellos lo niegan, pero es cierto que sacar los trapos sucios de la Princesa de Asturias puede molestar a más de uno.
 
Y ahora que la monarquía no se encuentra en su mejor momento tras el“urdangarazo” y la afición del monarca a cazar paquidermos, sólo quedaba que un primo de Letizia se dedicara a contar por escrito todo aquello que no se puede saber ya no sólo de su parienta si no de toda la Familia Real en general.
 
Como ya os comentaba, no puede evitar caer en la tentación de leer qué es aquello que oculta la antigua periodista y qué si es cierto que su familia política es algo así como los Monster de la aristocracia. Y una vez finalizado, tengo que reconocer que me alegro de haberlo leído y que el libro me ha gustado. No vi que el primo en cuestión se dedicara a despellejar a este y al otro, sino simplemente contar cómo laLeti se fue alejando poco a poco de su anterior familia para hacerse una más dentro de la que ahora es su familia real (en el amplio sentido de la palabra). Pero vayamos por partes:
 
Letizia cada día cae peor a los españoles. Resulta que ella que venía del “pueblo”, que procedía de una familia de clase media, que había estudiado en escuelas públicas, parecía que iba a ser eso: una “princesa del pueblo”, una lady di a la española, vaya (pero sin sangre azul). Pero nada de eso. Cada día que pasa es más estirada, más distante y con más soberbia que cuando su cuento de hadas empezó y se hizo realidad. Por si fuera poco, ya ni su cara es la misma debido a tantas operaciones a las que se ha sometido y que no digo que no esté más guapa, pero yo que la vi en persona puedo dar fe de que su imagen es artificial, ya que no puede existir una persona así en la vida real. Da la sensación de que está todo el día delante del espejo preguntado aquello de “Espejo, espejito ¿quién es la más guapa del reino?” Yo la veo como laVictoria Beckam de las princesas europeas con tanta pose y tan poca naturalidad. Pero al menos la inglesa que me hizo amar el ajo tiene su gracia, ya que nuestra princesa resulta antipática a más no poder y, sin duda, es la peor de sus colegas europeas. Qué aprenda de Máxima, la nueva reina de los holandeses, que pasa de cirugías y es pura simpatía. O de la naturalidad de Mette-Marit de noruega, que con un pasado bastante turbio, ha sabido ganarse el cariño de sus compatriotas. Todas destacan y se están ganando a sus pueblos, incluida la reciente Kate Middleton, que sólo con su sonrisa ya es una de las 10 personas más influyentes del mundo.
 
Por este motivo, ya hasta ni sorprende este tipo de libros. Y sí, hay mucho oportunista que se dedica a publicar libros dedicados a sus tacones para vender y vender. Muchas veces sin fundamento en lo que cuenta. Pero en este caso, es un familiar cercano el que le ha dedicado estas páginas. Se trata de David Rocasolano, abogado de profesión y a quien muchas veces acudía en su ayuda debido a que era (y es) entendido en leyes. Ambos llegaron a ser lo que se dice íntimos amigos, ya que ambos nacieron el mismo año (1972) y hasta acudía invitado junto con otros familiares a cenas en el Palacio de la Zarzuela. Cenas que tenían que compartir con los parientes del Príncipe y que se convertían en veladas soporíferas con tanto pijerio por metro cuadrado y donde sólo se hablaba de las gracias de sus vástagos y de viajes a no sé dónde para cazar lobos. Como hacemos la mayoría de los mortales, vamos. Pero ya sabéis, que ellos son personas normales y que sus bodas son sencillas, cuando se casan en el altar mayor de la catedral de Sevilla, les da la bendición el Arzobispo de no sé dónde y acuden reyes y príncipes al enlace. Sin olvidar, un coro rociero y el Orfeón Donostiarra. Una boda al uso, no olvidéis.
 
Pero tampoco pretendo contar todos los pormenores del libro, que no quiero estropear la lectura a nadie. Que las reseñas no son una sucesión de spoilers, por muy “reales” que sean.
 
David Rocasolano lo que quiere dejar claro es como una familia “normal” se vio envuelta de la noche a la mañana en una boda que les llevó a meterse en un mundo al que no pertenecían. Como el mismo dice: un choque entre un tren expreso y un carromato de gitanos. Y a cualquiera nos puede pasar, porque imaginaos por un momento que un hermano, primo o sobrino vuestro contrae matrimonio con un heredero a la Corona y que empieza a “codearse” con la“créme de la créme” de la sociedad. Lo que en principio pudo parecer un“braguetazo” en toda regla, no fue más que un encontronazo contra la pared. Al principio había confusión y hasta diversión si cabe con tanto protocolo y tanta apariencia. Luego, vino la asimilación y sí, muchos sacaron partido al asunto. Pero poco a poco, aquello se desinfló hasta límites insospechados: la hermana pequeña se quitó del medio, la mediana, que en principio estaba encantada en ese mundo, plantó cara y no quiso saber nada del asunto (opino que metió la pata con esa estúpida demanda a la prensa, pero quizá se volvió loca viendo lo que hizo su otra hermana). Y David Rocasolano fue victima de la mentira por parte de la prensa, que le supuso su ostracismo y su hundimiento profesional (y personal también).
 
Según cuenta no fueron los Borbones los causantes del alejamiento, si no la propiaLetizia. Poco a poco fue cambiándose de camisa y sí antes era atea, ahora va todos los domingos a misa, hace la reverencia al Papa y es antiabortista declarada (cuando ya no es una leyenda urbana que se provocó un aborto un año antes de su boda). Si antes odiaba la hipocresía, la frivolidad y el ocio constante de los pijos, ahora les ríe las gracias y hasta habla como ellos. Y lo más importante: si antes era republicana ahora es monárquica convencida. Fijaos que el funeral de su hermana quiso que fuera intimo. Y la intimidad consistió en que hubiera muchos másBorbones que “Ortices-Rocasolanos” que eran los que la conocían realmente (referido a la realidad y no a la “realeza”, que dijo José Luis Sampedro).
 
Letizia es la peor parada en este libro como también lo es el Rey, que al parecer no es tan campechano como nos quieren hacer ver. De los demás, no habla mal de ninguno, incluido Urdangarín, a quien define como un chico agradable y que, en su opinión, no fue más que una víctima de esa Familia. Esta parte fue la que más me sorprendió del libro, ya que en pleno linchamiento popular al duque“empalmado”, David entiende qué es lo que le pudo llevar a tanta avaricia.
 
Pero no sólo habla de su relación con la gente de Palacio, si no con otros grandes enemigos: la prensa. Una prensa que se dedicó a inventarse lo que no sabía y a maquillar la biografías de todos los Ortiz-Rocasolano: con una abuela periodista muy conocida en Oviedo (sé de buena tinta que no la conocía nadie), una hermana que sabe 4 idiomas (ó 5 según la publicación) o un cuñado escultor (que no había vendido una escultura hasta antes de la boda y que ni si quiera estaba casado con su hermana). Una prensa que acosó y derribó hasta limites insospechados a una gente que no habían hecho nada (simplemente, ser pariente de una princesa plebeya que sólo tenía una hipoteca con el banco).
 
IMPRESIONES:
 
Hasta esta boda no había sido ni monárquica ni republicana si no todo lo contrario. Tampoco eran una familia muy conocida, dado su hermetismo y su poca transparencia. Yo, que nací un poco antes que esta absurda monarquía que nos metió quien todos sabemos, veía a esta Familia como quien ve a Los Simpson o a la Familia Telerín, es decir, por la tele. Recuerdo que cuando acababa la emisión de la TV, con aquello que denominaban “despedida y cierre”, tocaban el himno nacional mientras salían sus majestades con sus pequeños rubios y con pinta de extranjeros (¡qué monos! -decíamos todos-). Tampoco conozco a nadie (hasta ahora) que se había tratado con ellos de tú a tú. Todos sabemos que no van precisamente a colegios públicos y que sus “amigos” son escogidos (los entrecomillo porque es sabido que sentido de la amistad tienen). Por eso considero que esta familia para muchos de nosotros no es más que una realidad televisiva, a la que muchas veces sólo podemos saludar de lejos en un desfile (y gracias). Y, que, si los conocemos nos pueden decepcionar. ¿Os acordáis de esa pareja de novios que se escaparon de casa para conocer el mar y cuando los encontraron dijeron que en la tele parecía más grande? Pues eso, que mejor sólo verlos por la tele. Que así es como empezó el príncipe viendo a Letizia, que mejor pensar que son sólo eso: personajes televisivos. Poco “real”, vaya.
 
CONCLUSIONES:
 
Pienso que lo que cuenta este chico en este libro es todo “real”, aunque me niego a pensar que los Ortiz-Rocasolano en su casa de Rivas sólo comían acelgas. Por lo demás, tampoco vi ninguna historia rocambolesca ni creo que pueda ser mentira lo que cuenta. No hay más que ver a la Leti, lo que cambió desde su pedida. Y que a más de uno borró del mapa. O se borró sola, como Érica. Por lo demás, os recomiendo el libro. Sobre todo, si os va algo la farándula y los cotilleos de palacio. Se lee rápido y te hace pasar un buen rato. A tener en cuenta.
 
 
P.D.: Sólo vi que Amazón lo tenía catalogado, las demás librerías parece que lo ignoran.

 

Fuente: https://cajeraestresada.blogspot.com.ar/2013/05/resena-adios-princesa-de-david.html